07 mayo 2009

Una vuelta por el parque metropolitano

Llevo como 3 días, raramente yendo en las tardes a caminar por el conocido parque metropolitano. Y digo raramente pues porque ya todos saben que yo me levanto a diario a las 7 de la mañana para correr mis 10km, digo uno que es sano, se alimenta bien y que tiene la condición para hacerlo pues lo hace.
Bueno, les decía, me fui al metropolitano para caminar porque mi rodilla está mal últimamente y ya que iba caminando tranquilamente aproveche el momento para lo que nunca se me había ocurrido, observar a la gente que va a hacer ejercicio. OJO dije observar no tijeriar.
Es tan impresionante la diversidad de personas que van allí, todo tipo de personas, que, que barbaro. La primera impresión que me lleve fue ver que estaba hasta la M de gente, cuando generalmente no está tan tan repleto. Después me acordé que era lunes 5 día de la influenza, perdón del trabajo, y hubo puente por lo mismo de la epidemia, según esto para que la gente se quedara en sus casas y evitar un gran número de contagios. Pero las personas responsables como yo fuimos a lugares concurridos.
Ahora ya paso a lo relevante del asunto, en mi observación encontre tantas cosas. Primero vi a un tipo mamey pero de esos antiguos de 40 para arriba de los que traen su playera manga larga pegada y pants de pachuco por arriba del ombligo.
Otro también de edad arriba de las cuatro decadas, de esos señores que van por primera vez a hacer ejercicio, así como yo pero en grande, con autoestima enorme, porque traía uno de esos minishorts que en piernas equivocadas como en este caso, son una desgracia ante el ojo del prójimo, playera blanca y la gorra que no puede faltar, todo un deportista el hombre.
Sí les digo que hay infinidad de contrastes, por ahí encontre una señora presumiendo prótesis, porque venía del carril de las bicis osea en sentido contrario donde todos los corredores forzosamente tienen que verte y uno que otro ciclista casi rompiendose la M por el movimiento de exorcista que hacían.
Pero hubo en sí tres cosas que realmente fueron las que me impactaron pero así cabrón. La Primera fue un chavo con una melena impresionante estilo Amanda Miguel, todo flaco, que era un pedazo de deportista, tenía una resistencia que yo creo ni Belen Guerrero. Venía en su bici pero hecho la madre, me pasó 4 veces en lo que dí la vuelta yo nomás lo veía y lo veía y lo veía. El tipo como si nada.
Las otras dos fueron dos inovadores pero fregones deveras. Uno de ellos, un señor ya grande con gorra, estaba escuchando música en su ipod, pero el dijo que liguita para el brazo ni que nada, él lo traía en la parte posterior de la cachucha, hay papá ee, cómo no.
El último ya se merece parrafo para él solo.No, no, no, no, que chingón, me cae que, que chingón es este tipo, realmente un genio. Todo un erudito del ejercicio, enserio que me dejó impresionante, una cosa tremeda. Era un chavo como de 17-19 años, complexión grande. Él venía trotando en sentido contrario, pero entonces que volteo hacía abajo, traía !un balón!,¡UN BALÓN!, así tal cual, como si estuviera jugando futbol y hasta hacía la bicicleta y toda la onda. Enserio que no se cómo no se me había ocurrido eso antes, pues afuerzas con el mugre balón te motivas, te entretienes y sientes menos la vuelta, enserio que lo admiro. Por eso proximamente ire a comprarme un balón.
Un día hagan lo que yo, vayan al metropolitano y ponganse a observar a la gente, así como yo, sin tijerearlas. Igual también les sirve para sentirse más sanos.

2 comentarios:

D_Guerrero dijo...

Buena idea, pero yo no podría evitar tijerear, por otro lado... ¡maldito! por tu culpa estamos en contingencia otra vez...¿por qué acudiste a lugares concurridos?

MentaFres-K dijo...

jajaja si yo voe al metro al otro día no me levanto de lo aporreada ke estaría...